26/2/13

Arte y devoción en Tobed: las imágenes de la Virgen

Por Juan José Latorre Pérez

La Unesco reconoció en el 2001 la personalidad y singularidad del arte mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad y destacó especialmente a seis obras, entre ellas a la iglesia-fortaleza de la Virgen de Tobed construida a lo largo de la segunda mitad del siglo XIV y principios del siglo XV y en la que se realizaron algunas reformas durante los siglos XVI y XVIII.

Tobed perteneció como encomienda a la Orden del Santo Sepulcro de Calatayud desde 1144, tras la concordia entre esta Orden y Ramón Berenguer IV, como compensación a su renuncia a la parte del territorio aragonés concedido en testamento por el rey Alfonso I el Batallador.

Las obras de construcción de la iglesia comenzaron el 1 de abril de 1356, el obispo de Tarazona mandó paralizarlas alegando derecho a las rentas que generaran los altares que se construyeran, actuó de árbitro en el litigio, el arzobispo de Zaragoza, que se resolvió con la sentencia dictada, el 3 de junio de 1359, a favor de la Orden, a la que quedaron adscritos la iglesia y todas sus rentas. La vinculación de Tobed a la Orden del Sepulcro fue la razón de que en la construcción y decoración de la iglesia participaran los mejores maestros de obras del momento, conocemos la participación de Mahoma Calahorrí y Mahoma Ramí, y del mecenazgo tan importante que ejercieron los reyes de Aragón y Castilla, el arzobispo de Zaragoza, el Papa Luna y otros notables del Reino que dotaron al santuario de un importante patrimonio artístico.

En 1851 por el Concordato entre España y el Vaticano las iglesias y posesiones de la Orden pasan a la jurisdicción del obispo de Tarazona, diócesis escasa de medios que no podrá hacer frente al deterioro del edificio y a los gastos de las reparaciones necesarias, comenzando el declive y la enajenación del patrimonio artístico de la iglesia. En este contexto se situaría la salida del pueblo de obras de arte, entre ellas los retablos dispersos por museos y colecciones privadas.

El día 29 de enero de 2013, la Virgen de la Leche entraba en el Museo del Prado por la puerta grande. El Presidente del Gobierno y otras autoridades acompañaba a José Luis Várez Fisa donante de una colección de doce obras de época medieval, entre las que se destacaba como joya de la misma la tabla procedente de la localidad de Tobed. La obra salió del pueblo a finales del siglo XIX o principios del XX, en 1908 pertenecía a la colección Román Vicente de Zaragoza, posteriormente sabemos que estuvo en la colección Birk de Barcelona y en la Várez Fisa. La noticia provocó en el pueblo, alegría, orgullo (nuestra virgen iba compartir espacio y a tratar de tú a tú a la Inmaculada de Murillo y a otras obras de los grandes de la Historia del Arte) y tristeza por el patrimonio perdido a lo largo del tiempo.

Tobed a lo largo de los siglos ha utilizado como soporte de la devoción a la Virgen diferentes imágenes. Todas forman parte del patrimonio histórico-artístico del pueblo, aunque algunas de ellas, como la tabla donada al Prado, de incalculable valor artístico, parece que pronto dejó de ser objeto devocional de primer orden. Desde tiempos remotos las dos imágenes de la devoción popular han sido: la talla gótica situada en el altar mayor y sobre todo el icono regalado en 1400 por el rey de Aragón Martín I el Humano:

1) Imagen gótica de la Virgen con el Niño, del siglo XIII, es una talla realizada en alabastro, que luce coronas de metal dorado, se sitúa en el centro del altar mayor de la capilla de la virgen, en un hueco grande pensado posiblemente para una imagen mayor, hoy perdida.


2)      Se conservan estampas grabadas con una imagen que porta la leyenda “Verdadero Retrato de la muy antigua y milagrosa Imagen aparecida Nuestra Señora de Thobed venerada en Thobed  Pueden ser reproducción  de una imagen que se situaría en el hueco principal del altar mayor, posteriormente, en ese espacio se colocó la imagen gótica adaptándolo, al menor tamaño de esta, con un rompimiento de gloria del siglo XIX que tras la reciente restauración ha sido eliminado, quedando de manifiesto que esa imagen no es para la que se pensó el hueco del retablo.


3) Virgen de la Leche o de la Humildad, siglo XIV, témpera sobre tabla de la que es difícil precisar su fecha exacta de ejecución y su autoría, parece ser que se encargaría al taller de los Serra por Enrique II de Castilla, siendo conde de Trastámara, para regalar a los canónigos de la Orden del Santo Sepulcro por la ayuda y el cobijo a su familia prestado en la guerra contra su hermano Pedro I de Castilla.


La Virgen aparece reclinada, sosteniendo al Niño con sus dedos y amamantándolo. Es un retrato de Corte de la familia real castellana, ya que a los pies de la Virgen como donantes se sitúan el primer rey Trastámara su mujer, la reina doña Juana Manuel y los infantes Juan, nacido en Épila en 1358 y Leonor, sus armas aparecen en la parte alta del cuadro, dinastía que tanto contribuyó a la creación de la monarquía hispánica. Se convierte en el retrato real más antiguo de la colección del Museo del Prado.

Emile Bertaux la describe así en el catálogo de la exposición Hispano-francesa celebrada en Zaragoza en 1908. “Un rey y una reina, acompañados de un príncipe y una princesa, aparecen arrodillados, donantes minúsculos, a los pies de una Virgen que da al Niño de mamar y a la cual los ángeles adoran. El manto de la Virgen es de un hermoso azul de Ultramar, adornado con pájaros presentados unos junto a otros, y pintados de amarillo. El forro del manto es de esa laca de rubia, conocida con el nombre de laca de Florencia. Las dalmáticas de los ángeles y los trajes de los donantes son de tonos anaranjados, sobre los cuales brillan ricos follajes de oro. El traje del Niño es de oro”.

Este retablo junto con los retablos de san Juan y María Magdalena, se situarían en los altares situados en la cabecera de la iglesia. Cuando en el siglo XVI se realiza, en un tramo del antiguo claustro existente tras la cabecera de la iglesia, una capilla dedicada a la Virgen, se derribó el muro que lo separaba de la capilla y el retablo donado por Enrique II no sabemos donde pasó a ubicarse, para esta capilla se realizó el actual altar barroco, de madera dorada, donde se colocaría la imagen desaparecida y posteriormente la gótica.


  4) Icono italo-bizantino de la Virgen. El 28 de febrero de 1400, el rey de Aragón Martín I el Humano, regalaba a la iglesia de Tobed una imagen de la virgen pintada sobre tabla, parece ser para honrar el lugar elegido por él y sus antepasados para pasar algunos momentos de descanso.

La imagen de la Virgen de rostro sereno y dulce es de medio cuerpo y lleva al Niño Jesús en los brazos, se cubre con un manto de color rosa fuerte, de complicados pliegues, con una cenefa dorada, el fondo de la pintura es blanco rosáceo. Se sitúa dentro de la influencia sienesa del siglo XIV y está pintada al estilo bizantino. La tabla se guarda en un templete de plata, pieza singular del arte del renacimiento en Aragón, labrado en Calatayud en 1517. Para su guarda se abrió un hueco en una de las paredes de la capilla mayor, donde ha permanecido como imagen de devoción y seña de identidad para el pueblo.


29/1/13

Un día importante para TOBED

Hoy es un día importante para Tobed. Por fin, el conjunto de tres retablos realizados en el s. XIV por el artista catalán Jaume Serra, vuelve a unirse. Todo ello gracias a la donación de José Luis Várez Fisa al Museo del Prado. Ya estaban en esta pinacoteca las otras dos piezas que forman parte del trítptico, dedicadas a Juan Bautista y a María Magdalena, a las que ahora se une el retablo dedicado a la Virgen de Tobed.

Esta obra fue encargada por Enrique de Trastámara, entonces refugiado en Aragón bajo la protección de Pedro IV, para la preciosa iglesia mudéjar de la Virgen de Tobed, que estaba siendo construida en esos momentos (1356-1359). El contexto fue el de la Guerra de los dos Pedros, conflicto intermitente que enfrento a Pedro IV de Aragón con el rey Pedro I de Castilla, en el que se unieron motivos políticos, económicos y dinásticos, pues terminó con el asesinato del rey castellano por parte de su hermano Enrique, que fue apoyado por aragoneses y franceses, reinando desde 1369 como Enrique II de Castilla.
Cómo le hubiera gustado a mi abuelo Daniel, tobedano de pro y amante como pocos de su pueblo -le dedicó el libro "Historia de la Villa de Tobed"- leer esta noticia y disfrutar del retablo al completo, aunque tuviera que ser en El Prado.

Daniel Salanova

12/1/12

Homenaje a amigos de Pastriz

A Francisco Sancho Ferrer y su esposa Mª Luisa Puértolas que nos dejó el pasado 31 de octubre y a quién queremos rendir a través de este blog sentido homenaje de cariño, respeto y admiración.

Conocimos a Francisco y toda su encantadora familia allá por el año 1967 cuando mi padre fue a ejercer su magisterio a Pastriz. Yo tenía seis años entonces, pero los recuerdos de lo vivido allí, permanecen en mí como si hubieran ocurrido ayer.

Francisco y María eran nuestros vecinos más cercanos ya que entonces ocupaba el cargo de administrador del Sr. Barón de Guiarreal. El afecto y la amistad surgieron con la misma rapidez y la misma durabilidad que más de cuarenta años después todavía permanece. No quiero olvidar a sus hijos José María y Sacramento y a sus nietos y biznietos.

Hoy recogemos aquí la faceta artística de Francisco, Paco, para todos nosotros. Reproducimos dos documentos en los que se hace referencia al buen hacer, afición, entrega y por supuesto, cualidades innatas de este excelente amigo.

Hay dos personas a quien no debo olvidar y que en buena medida son responsables de que haya llegado a nuestras manos este trabajo tan importante de recogida de datos sobre este y otros personajes tan importantes y que de otra manera podrían caer en el olvido.

En primer lugar, quiero referirme a "nuestra pastricera insigne", Mª Pilar Montorio, siempre en el mundo de la música, presidenta de la Asociación de Gaiteros de Aragón. Quiero recordar a su madre, Adela, recientemente fallecida y a quién nunca olvidaremos.

El segundo personaje es Luis Miguel Bajén, uno de los más brillantes músicos que hay en Aragón. Lo sigo “en vivo” a través del canal de Aragón en Alta Definición.

Los dos documentos que reproducimos son: el número 29 de la revista de la Asociación de Gaiteros de Aragón y el libro cuyo autor es Luis Miguel Bajén, editado por la Diputación Provincial de Zaragoza que se titula: "Músicas de la Tierra”.


Escrito de José María Sancho y familia
acerca de la figura de Don Daniel Salanova


Como muy bien dices, fue el año 1967 cuando mis padres tuvieron unos nuevos vecinos, Don Daniel y Doña Antoñita que, junto a sus hijos Ignacio y Víctor, entonces todavía pequeños, se establecieron en Pastriz donde Don Daniel vino a ejercer su magisterio.

Desde el primer día surgió entre ambas familias una amistad que para mis padres, para mí, mi esposa Sacramento y posteriormente mis hijos Alma María y Christian, ha supuesto un honor. Cuarenta años después, aunque nos veamos mucho menos que entonces, os seguimos considerando los mejores vecinos y amigos para siempre.

Todavía recuerdo las charlas que con Don Daniel teníamos casi cada día y no digamos con Doña Antoñita ¡Qué bien lo pasaba mi madre con tan grata compañía!. Don Daniel un estudioso donde los haya, me explicaba muchas cosas que me hacían admirarlo todavía más, me contaba sus vivencias y anécdotas, su gran conocimiento sobre el dance, etc...
Cuando desgraciadamente falleció, todos en nuestra familia nos llevamos un gran disgusto, pues perdíamos algo más que un amigo, pero por otra parte estábamos muy tranquilos porque a vosotros os quedaba una gran mujer, vuestra madre, y ella contaba con la compañía y el querer de sus dos hijos modelos, como sóis Ignacio y Víctor.

Y no quiero terminar este escrito sin deciros, y sabéis que lo hago de todo corazón, que es un inmenso honor para mi padre, mi esposa y mis hijos el contar con vuestra amistad y cariño y que ya sabéis podéis contar con nosotros, SIEMPRE. Estoy seguro de que desde el cielo, tanto vuestro padre como mi madre estarán orgullosos de todos nosotros.












9/12/11

Elegía a mi abuelo























En memoria de Mariano Cortés Lasierra

Vuelves a la tierra que tanto labraste
Tierra que te acoge, tierra que te eleva
A los girasoles, al panizo, al trigo
Al agua que fluye por ríos y acequias

Sonará tu voz en cada tormenta
En las golondrinas de la primavera
Bañarás con lluvia los campos y huertas
Guardará el Pastor sus cabras y ovejas

Cuando el cierzo rompa tu risa en la tierra
Callarán los grillos, ranas y culebras
Traerás tu alegría volando a las eras
Cantarás de nuevo esa vieja zarzuela

Sueñas libertad sin temer la empresa
Bailas con los pinos danzas de quimera
Surcas los caminos con paz y entereza
Vives porque tienes de Dios la certeza

La bondad del alma fue siempre tu esencia
Caridad cristiana, humildad guerrera
Tú nos enseñaste que cada cosecha
Trae sus cosas malas, mas también las buenas

Volverás labrando los campos y huertas
Dormirás la siesta bajo aquella higuera
Traerás en el carro amapolas que crezcan
En cada ribazo, volviendo a mi vera.

Daniel Salanova Cortés

22/10/11

Etapas en la construcción de la Iglesia de la Virgen de Tobed

por Juan José Latorre Pérez

La construcción de la Iglesia de la Virgen de Tobed, teniendo en cuenta las últimas investigaciones y a la espera de otras que iluminen algunos aspectos y actuaciones todavía en penumbra, es un proceso que se desarrolla durante la segunda mitad del siglo XIV y primeros años del siglo XV, alrededor de sesenta años en los que prácticamente no cesa la actividad constructiva, y que se prolonga con dos grandes actuaciones de reformas durante los siglos XVI y XVIII.

En ese proceso constructivo se destacan tres momentos o fases de fuerte impulso constructivo y otros en los que las obras se ralentizan en función de los avatares políticos, militares, económicos y religiosos de la época:

1ª Fase, siglo XIV (1356-1359)

Las obras se inician el 1 de abril de 1356, siendo Prior del Santo Sepulcro Domingo Martínez de Algaraví y Comendador de Tobed fray Juan Domingo. Se realiza un tramo de iglesia por campaña (6 meses de trabajos de abril a septiembre). El obispo de Tarazona, Pedro Pérez Calvillo, manda parar las obras. En este litigio entre la Orden del Santo Sepulcro y el Obispo ejercerá de arbitro el Arzobispo de Zaragoza, D. Lope Fernández de Luna, que el 3 de junio de 1359 dicta sentencia a favor de la Orden del Santo Sepulcro a la que quedan adscrito el santuario de Tobed y sus rentas, hasta 1851 en que por el Concordato entre España y el Vaticano las iglesias y posesiones de la Orden del Sepulcro pasan a la jurisdicción del obispo de Tarazona (diócesis escasa de medios que no podrá hacer frente a las reparaciones necesarias, comenzando el declive y la enajenación del patrimonio artístico de la iglesia). Del documento de la sentencia se deduce que ya se había acabado el presbiterio con su estructura de triple capilla y los dos primeros tramos de la nave.

Las obras parece que continúan ya que hay testimonio documental que en 1360 el Comendador de Tobed, fray Martín de Alpartir, contrata 50.000 ladrillos/rejolas con Mahoma Granada rejolero moro de Pedrola.

Falta por determinar la posible contribución de Enrique II de Trastámara, rey de Castilla, a la continuación de las obras. Este mantenía unas buenas relaciones con la Orden del Sepulcro, posiblemente por haberse refugiado aquí, en Tobed, durante la guerra civil con su hermano Pedro I.

En la clave del primer tramo de la Iglesia (se colocaría después de 1359 cuando se terminaron los dos tramos) se encuentra la Virgen de Tobed rodeada de los escudos del Sepulcro y el de Castilla/León. Hacia 1375, Enrique II dona a la Iglesia las tablas de la Virgen de la Leche, Historias de la Magdalena e Historias de San Juan Bautista. Posiblemente contribuyera a sufragar parte de la decoración interior o la continuación de algunas obras.

En la clave del 2º tramo se colocó un Pinjante de Mocárabes que llega a Aragón hacia 1378 traída por los artífices sevillanos que trabajaban en la Parroquieta de la Seo, en tiempos de D. Lope Fernández de Luna.


2ª Fase, (1385- finales del siglo XIV)

Prior del Santo Sepulcro Juan Pérez Torres (1385-1399). En 1385 por Acuerdo Capitular se adscriben rentas al santuario de Tobed con la finalidad de perfeccionar su fábrica y dotarlo convenientemente de ornamentos, de este acuerdo se deduce que faltaba el tercer tramo.

Durante esta fase se realizaría el tercer tramo, el coro alto, la hermosa fachada principal, las torres, el claustro y posiblemente parte de la decoración interior. Mahoma Calahorri, maestro de obras que había finalizado la Parroquieta de la Seo de Zaragoza en 1379 y las obras del monasterio del Sepulcro de Zaragoza hacia 1390, participa en las obras y la decoración interior dejando su firma en la balaustra de uno de los ventanales de la cabecera.


3ª Fase, 2ª década del siglo XV

A partir de 1410 y con el patrocinio del Papa Benedicto XIII cuyo escudo campea en la clave de la bóveda del último tramo de la Iglesia y en el alfarje.

Se finaliza el coro alto y se coloca el alfarje. Los ventanales del último tramo, con características del gótico flamígero, son realizados por el taller de yeserías que dirige Mahoma Ramí, éste adaptó las técnicas del gótico occidental al sistema de trabajo y decoración andalusíes. Se realizó una redecoración parcial del interior: las líneas de impostas de las capillas y bandas heráldicas del presbiterio con el escudo del Papa Luna.


Reformas durante los siglos XVI y XVIII:

• 1513-1531, Prior del Sepulcro don Juan Zapata, que en 1517 encarga el Templete de plata para el Icono regalado por el rey Martín el Humano (28 de febrero de 1400).

Durante esos años y utilizando el tramo central del antiguo claustro se construyó la Capilla Mayor dedicada a la Virgen, espacio de gran interés artístico y devocional guardado por una reja de forja y cárdinas doradas en el remate ( contrato de ejecución de 8 de agosto de 1525), similar a la existente en la iglesia de san Pablo de Zaragoza, y la Sacristía.

• Siglo XVIII. En 1737 se instala el órgano en una tribuna de la pared lateral de la nave principal, presidiendo el Coro bajo que se instala en este momento, que ocupó parte del tercer tramo de la iglesia y que inutilizó la puerta de la fachada principal del templo. Posiblemente sea de este momento la apertura de la puerta en el lado sur que abre a la plaza.

30/9/11

En recuerdo de Manuel Latorre Muscat

Manuel Latorre, Manolo, como todos le conocíamos y queríamos, fue uno de esos tobedanos de los que siempre nos sentiremos orgullosos. Para los que vamos detrás será una referencia imborrable. Hemos reproducido junto a este artículo un número de la cuidada publicación "Nuestro Tobed" editado hace ya tiempo por Mª José Arellano.

En ella se hace un resumen de las importantes obras que Manolo dejó en su pueblo para uso y disfrute de todos los tobedanos. Manolo fue todo un ejemplo, en política de lo que supone el "buen hacer" para todos sus convecinos... Respeto. Honradez. Actitud de permanente servicio a los demás.

Él inició una revolución en gestión de dinero público aumentada y mejorada por los que le han seguido, Ángel Rodrigo, Juan Antonio Sánchez.

Siempre vivió al servicio de los demás, dispuesto a atender o a ayudar a cualquiera que le acercara, a hacer un favor. Yo le conocí desde muy niño en todos los actos que tuvieran que ver con la vida social, cultural, religiosa en Tobed. Dedicando su tiempo de forma altruista y haciendo siempre las cosas estupendamente.

Siempre recordaré y todavía me produce un cierto estremecimiento, una gran emoción, el momento en el que durante la procesión el día de la Virgen cuando Manolo arrancaba con voz fuerte y segura un "Viva la Virgen de Tobed", que era respondido al unísono por todos los tobedanos con otro: "Viva".

Gracias Manolo. Tu ejemplo siempre permanecerá en nosotros y tu imagen eternamente unida al nombre de nuestro pueblo al que nos enseñaste a querer desde niños.

Siempre estarás en nuestro corazón. Gracias, Manolo. Muchísimas gracias



18/5/11

La Iglesia de Tobed

Fuente y fotografías: www.aragonmudejar.com


La Iglesia de la Virgen de Tobed es uno de los monumentos más destacados y más conocido del arte mudéjar aragonés. A ello contribuyen fundamentalmente tres factores. En primer lugar, ha sufrido escasas modificaciones lo que ha permitido que en pleno siglo XXI podamos contemplarla tal y como fue concebida en el momento de su construcción, algo inusual en el conjunto de templos que han ido adaptando su fisonomía al gusto de los tiempos con ampliaciones y modificaciones muchas veces no demasiado acertadas. En segundo lugar, en esta iglesia de Tobed se concentran la mayoría de elementos, tanto estructurales como decorativos, que conforman el conjunto de características del mudéjar aragonés: tipología de iglesia-fortaleza, hastial profusamente decorado en ladrillo resaltado y azulejería, torres con estructura de alminar hispanomusulmán, extensa decoración mural y de yeserías en óculos y ventanales y un magnífico alfarje sustentando el coro alto a los pies, sin olvidarnos de un pequeño elemento tan curioso y raro como el carrillón del muro norte. Finalmente, se conocen una serie de documentos que nos permiten fijar una cronología aproximada para las obras, algo no demasiado común en las iglesias mudéjares aragonesas.


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