18/1/09

Paisajes inolvidables,...casi de cuento

por Víctor Salanova

"Camino a Tobed, mi padre solía contarnos cuentos para hacer más ameno el trayecto y que dieron personalidad propia a momentos del viaje... Uno de ellos es conocido por todos y solo hay que verlo para darle nombre sin gran dificultad, se trata del "Gran Cañón del Colorado". Antes de llegar a Santa Cruz de Grío y una vez metidos en una curva descubrimos una tierra rojiza, que poniendo un poco de imaginación, nos recordaba al mencionado paraje.


A mi padre esta visión le daba juego para llenar de contenido y entretenimiento aquellos viajes que dada mi corta edad se me hacían tremendamente largos. Recuerdo que utilizando esta visión mi padre nos llevaba a su infancia. Nos hablaba de cuando vivía en Calatayud y gastaba su exigua propina de "una perrica" en tres conceptos: alguna golosina, una novela que compraba por entregas (y que él mismo encuadernó y cosió con todo el cariño del mundo y todavía se conserva en nuestra casa de Pastriz)... se titula "En las Fronteras del Far-West de Emilio Salgari".
Entre el traslado que hacía de aventuras y personajes y su gran imaginación para los cuentos, en aquella curva y partes del camino anteriores y posteriores del camino... Empezaban a brotar aventuras, indios,vaqueros, cabelleras cortadas... Cada vez que paso por allí os aseguro que es y será para mí un momento especial que durará mientras viva o el pantano lo inunde.

Ah, con la "perrica" mi padre también iba al cine. En esos viajes a Tobed nos hablaba del cine mudo en Calatayud con un disco que ponía música de fondo y, como nos contaba, como en el Coliseo, con los asientos de madera, cada espectador hacía su cabalgada personal cuando corrían los caballos por la pantallla del cine. Recuerdos de pre-guerra cuando el noticiario daba según que noticias y un sector del público aplaudía y otro abucheaba. Para él el cine era en su juventud una especie de sustento sin el que no habría podido pasar"


"EL MORO ENCANTADO"


"El cuento decía más o menos lo siguiente. Se encontraban en cierta ocasión patrullando por los senderos y veredas del Grío dos caballeros cristianos de la Virgen de Tobed. Recordad que, según el autor del cuento, los caballeros de Tobed en su indumentaria medieval llevaban bordada sobre el pecho la imagen de Nuestra Virgen. Cuando de repente se encontraron sorprendidos por un nutrido grupo de sarracenos. Tras unos momentos de lucha y dada la superioridad del enemigo fueron rápidamente desarmados y hechos prisioneros. Se acercó a uno de los caballeros cristianos, el que parecía el jefe de la partida, y le preguntó qué era aquello que llevaban bordado sobre su pecho. El caballero Tobedano contestó lleno de orgullo que se trataba de la muy venerada y respetada imagen de la milagrosísima Virgen de Tobed que les acompañaba en todo momento- En tono de burla le preguntó si estaría dispuesto a dar la vida por ella. a lo que el cristiano respondió afirmativamente y sin nigún género de dudas. En aquel momento, el infiel levantó su alfange para atravesar la imagen, y por tanto el pecho del tobedano, cuando se produjo la intervención de la Santísima Virgen que convirtió al sarraceno en esa enorme roca que todavía podemos contemplar cuando pasamos camino de Santa Cruz. El resto de la partida quedó sin respiración y clavando su rodilla en tierra juraron su eterna fé a tan grandísima Virgen"



LA CARRASCA ENCANTADA

"Os confieso que este cuento no se encuentra entre mis favoritos pues tenía su moralina que no era otra cosa que una indirecta a mi inapetencia. Había una vez una princesita muy delicada para comer. Nada le gustaba y sus padres ya no sabían qué hacer. Habían mandado emisarios por todos los confines de su reino e incluso de otros reinos para que trajeran los manjares más exquisitos y los alimentos más variados y desconocidos que pudieran encontrar. De nada sirvió pues nada satisfizo a la princesita,... nada le gustaba. Sus padres casi se arruinaron para complacerla pero ella siguió sin comer. Cierto día apareció por el reino un mago al que los padres de la niña pidieron ayuda. Pero nada. El mago resultó ser un genio y muy enfadado con la caprichosa niña le dijo que no era justo que ella fuera tan caprichosa. Le recordó que en el mundo muchos niños no tenían lo suficiente para comer y otros muchos morían de hambre. El Genio la condenó a un castigo terrible, la convirtió en carrasca pero la hizo crecer entre unas rocas de manera que para poder alimentarse debería estirar sus raíces para encontrar la lejana tierra donde hundirlas y hallar así alimento pero en una tierra muy pobre por lo que la condenaba a sufrir mucho para poder comer y la colocó en un alto para que pudiera ver la tierra fértil y cómo otros árboles como ella sí podían alimentarse sin dificultad. Cuando vayáis hacia Tobed y antes de llegar a Santa Cruz todavía podéis contemplar la sufrida carrasca en lo alto, entre las rocas"


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