15/4/09

Bachilleres en Tobed. 1967


Publicamos este texto remitido al blog por Juan José Latorre Pérez, alumno de Daniel en Tobed y actualmente Profesor de Historia en el I.E.S "Pablo Serrano" del barrio de Las Fuentes (Zaragoza) y esta fotografía de los bachilleres del 67.


En esta fotografía de grupo escolar, estamos el maestro Don Daniel Salanova, cuatro chicas (Sara, Rosa, Mª Jesús y Lourdes) y cuatro chicos (Pepe, Juan José, José Manuel e Ignacio) que hoy peinamos canas. Imagen que nos traslada a una etapa de nuestras vidas llena de dudas e interrogantes, pero feliz y despreocupada, en la que iniciamos los estudios que nos llevaron a las profesiones que hoy ejercemos.

Tobed en 1967 era un pueblo pequeño que todavía no había experimentado la sangría de población que se produjo unos años después. La vida social en el pueblo era intensa, todo se compartía, apenas se viajaba. Las escasas salidas del pueblo a Calatayud o Zaragoza, en los autobuses de Jesús Serrano o de Ágreda eran una auténtica aventura, a través del Puerto de Aguarón o de las curvas de Inogés-El Frasno, que concluía con la bandeja de pasteles, brevas o merengues que nos sabían a gloria.
Más de cien chicos/as llenábamos la escuela, inaugurada no hacía muchos años y dábamos a los patios un gran bullicio y alegría. En ese espacio, hoy convertido en residencia de ancianos, aprendimos las primeras letras de la mano de Dª Antonia, recuerdo su trato cálido y el respeto que nos producía. El saber estar y la rotunda presencia de Dª Rosina, maestra de las chicas. Don Juan Condón nos daba los repasos de los veranos, con él y con Don Daniel aprendimos las operaciones matemáticas básicas y leímos los primeros libros. Recuerdo como Don Daniel nos organizaba en grupos para el arreglo del jardín que rodeaba el recinto y que en primavera llenaba el ambiente de colores y olores intensos.
En ese año 1967, Don Daniel Salanova nos ofreció a los chicos y chicas que aparecemos en la fotografía, la posibilidad de prepararnos para el éxamen de ingreso al Bachillerato Elemental que se cursaba entonces. Todos los días, antes de que vinieran los otros chicos recibíamos una clase particular de una hora, y luego permanecíamos en el aula todos juntos, creándose la situación especial, en aquella escuela en la que apenas había convivencia y relación entre los diferentes sexos, de que cuatro chicas permanecían en el aula de los chicos. Una vez aprobado el ingreso a bachillerato, realizado en los Institutos Goya (chicos) y Miguel Servet (chicas) de Zaragoza, comenzamos el Bachillerato Elemental, cuatro cursos, que tras una Reválida daba paso al Bachillerato Superior, dos cursos y Reválida. Posteriormente se hacia el C.O.U. y la Selectividad que posibilitaba el acceso a la Universidad.

Gracias a aquella iniciativa de Don Daniel Salanova y a su continuación por el maestro que lo sustituyó, Don Jaime, en aquellos tiempos en los que solo era posible estudiar viviendo en las ciudades, o internos en los seminarios de la Iglesia; sin salir del pueblo, pudimos adquirir una formación que nos ha permitido ejercer diferentes profesiones.

A Juan José (de parte de la Familia Salanova Barranco):

Querido Juan José:

Estamos seguros de que Daniel se sentiría enormemente orgulloso si pudiera ver este escrito. Sabes que pasó de ser tu profesor a encontrarse entre uno de tus admiradores y, sobre todo, "amigo". Te lo decimos con mucho orgullo. El tiempo que relatas es ante todo entrañable. El sistema educativo y los medios existentes eran mucho más limitados que ahora y más en un pueblo pequeño como el nuestro. Es cierto también que la situación convertía al sistema en mucho más humano. Se compartía, como tú bien dices, casi todo y la vida educativa era más amplia y más cercana. Se asemejaba más a la vieja máxima que aprendimos en latín y ahora no sabría repetir: "Aprendemos para la Vida, no para la Escuela ". Nosotros no hemos olvidado a tus estupendísimos padres, Clara y Manolo, a los que recordamos siempre trabajando. De tu madre tenemos presente a una mujer dotada de un extraordinario "nervio" para el trabajo, no menor que para el afecto. De tu padre solo mencionaremos aquí que fue el primer Alcalde de Tobed que inició lo que fué una auténtica Revolución de Mejoras para el Pueblo y que por fortuna ha sido seguida por otros. Fueron buenos amigos siempre. Recordamos a tu abuela, Dª Elvira, tantos años sentada en la puerta de casa, ya muy mayor. Pero siempre parada obligada y muy agradable para pasar un buen rato con ella. A tu encantadora tía Delfina, persona buena donde las haya. A tus hermanos y sus respectivas familias. A Toñi, tu mujer, dedicada de lleno y con enorme discreción a hacer el bien a los que más lo necesitan. Seguro que nos dejamos a alguien. Esperamos que nos cuentes más cosas de Tobed, de tu familia, amigos... lo que quieras... Lo colgaremos en este blog con el enorme afecto que por ti siente toda esta familia. Un fuerte abrazo.

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